¿Cuándo hay que operar una hernia discal lumbar?

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El dolor de espalda baja y la ciática son problemas muy comunes. En muchos casos, la causa es una hernia discal lumbar, es decir, cuando uno de los discos entre las vértebras se desplaza y presiona un nervio, provocando dolor que puede irradiarse hacia la pierna.

Aunque escuchar la palabra «hernia» puede sonar alarmante, la buena noticia es que la mayoría no necesita cirugía. La gran mayoría de las personas mejora con reposo relativo, fisioterapia, ejercicio adecuado y algo de paciencia.

La primera opción: tratamiento conservador

En los primeros meses, el tratamiento más recomendable suele ser no quirúrgico. Incluye analgésicos, antiinflamatorios, fisioterapia y ejercicios específicos para fortalecer la espalda y mejorar la postura. También es importante mantenerse activo dentro de lo posible: el reposo prolongado, salvo en casos muy dolorosos, no ayuda.

Según los estudios, más del 80% de los pacientes con una hernia discal lumbar mejora sin necesidad de pasar por el quirófano.

Cuándo sí puede ser necesaria una cirugía

Existen dos situaciones en las que la operación no puede esperar:

1. Síndrome de cauda equina: cuando se pierde el control de la orina o las heces, o hay adormecimiento en la zona de los genitales o el interior de los muslos. En este caso, la cirugía es urgente para evitar daños permanentes.

2. Pérdida progresiva de fuerza en una pierna o en el pie: si el músculo se debilita y el problema empeora, el médico puede recomendar una intervención temprana.

Fuera de estos casos, la decisión de operar suele ser individualizada. Por ejemplo, si después de unas 6-8 semanas el dolor no mejora con tratamiento, o si el dolor es tan intenso que impide hacer vida normal, la cirugía puede ser una buena opción para aliviar el sufrimiento más rápido.

Qué esperar de la cirugía

El procedimiento más habitual se llama microdiscectomía. Consiste en retirar el fragmento del disco que está presionando el nervio, generalmente a través de una pequeña incisión. Suele ser una operación segura, con alta tasa de éxito y recuperación relativamente rápida.

Los estudios científicos han demostrado que la cirugía alivia el dolor más pronto, aunque a largo plazo (después de uno o dos años), muchas personas que no se operaron acaban sintiéndose igual de bien. Por eso, el objetivo principal de la cirugía no es «curar más», sino acelerar la recuperación cuando el dolor es muy incapacitante.

El papel de las imágenes y la decisión compartida

Las pruebas como la resonancia magnética se usan cuando los síntomas no mejoran o cuando se sospechan complicaciones. No siempre es necesario hacer una resonancia de inmediato.

Decidir si operarse o no debe ser un proceso compartido entre el paciente y el especialista en columna. El médico explicará las ventajas y los riesgos, y juntos podrán elegir la mejor opción según el tipo de dolor, el tiempo de evolución y las expectativas personales.

En resumen

  • La mayoría de las hernias discales lumbares no necesitan cirugía.
  • Se opera solo cuando hay síntomas graves (pérdida de fuerza o control de esfínteres) o cuando el dolor no mejora tras semanas o meses de tratamiento.
  • La cirugía ofrece alivio más rápido, pero no siempre mejores resultados a largo plazo.
  • La decisión debe tomarse con información clara y acompañamiento médico.

Bibliografía

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