El síndrome de cuello de texto, también conocido como text neck, es una condición musculoesquelética que ha emergido en los últimos años como resultado del uso intensivo de dispositivos móviles, particularmente smartphones y tabletas. Esta afección se caracteriza por dolor y rigidez en la región cervical, junto con otros síntomas musculares derivados de una postura inadecuada y prolongada. A medida que la dependencia tecnológica crece, también lo hace la incidencia de este síndrome, lo que ha captado la atención de profesionales de la salud y científicos por igual.
Desde una perspectiva biomecánica, el cuello humano no está diseñado para soportar largas horas de inclinación hacia adelante. El peso promedio de la cabeza humana es de entre 4,5 y 5,5 kilogramos. Sin embargo, según un estudio publicado por Kenneth Hansraj en Surgical Technology International (2014), cuando la cabeza se inclina a un ángulo de 60 grados —una postura común al mirar un teléfono—, la carga sobre la columna cervical puede aumentar hasta 27 kilogramos. Esta presión excesiva puede llevar a sobrecarga muscular, compresión discal, y eventualmente, a alteraciones estructurales si se mantiene en el tiempo.
Clínicamente, el síndrome de cuello de texto se manifiesta con síntomas como dolor cervical, rigidez, cefaleas tensionales, y en casos más avanzados, dolor irradiado hacia hombros y brazos. Además, puede asociarse con disminución de la movilidad del cuello y fatiga muscular crónica. Varios estudios han documentado una relación entre el uso prolongado de smartphones (más de 4 horas al día) y un incremento significativo en la prevalencia de dolor cervical, especialmente en adolescentes y adultos jóvenes. Por ejemplo, un metaanálisis publicado en The Lancet Rheumatology (2022) mostró que la prevalencia de dolor cervical en usuarios intensivos de dispositivos móviles es hasta un 45% mayor comparado con usuarios moderados.
Desde el punto de vista fisiopatológico, el mantenimiento prolongado de la flexión cervical genera un desequilibrio entre los músculos anteriores y posteriores del cuello. Los músculos extensores, como el trapecio superior y los erectores espinales cervicales, se sobrecargan, mientras que los músculos profundos del cuello, encargados de mantener la estabilidad postural, se debilitan. Este desequilibrio favorece la aparición de puntos gatillo miofasciales y contracturas persistentes.

La prevención y el tratamiento del síndrome de cuello de texto se centran principalmente en la educación postural, ejercicios de fortalecimiento cervical y modificación de hábitos tecnológicos. Las recomendaciones incluyen mantener la pantalla del dispositivo a la altura de los ojos, tomar pausas frecuentes, y realizar ejercicios de estiramiento y fortalecimiento, como retracción cervical y activación de los músculos profundos del cuello. Estudios clínicos han demostrado que intervenciones fisioterapéuticas enfocadas en la corrección postural y reeducación neuromuscular pueden reducir significativamente el dolor y mejorar la funcionalidad en pacientes con síndrome de cuello de texto.
Además, se están desarrollando herramientas tecnológicas para mitigar este problema, como aplicaciones que emiten alertas cuando se detecta una postura cervical inadecuada. Algunas investigaciones exploran también el uso de sensores y dispositivos portátiles que corrigen la postura en tiempo real.
En resumen, el síndrome de cuello de texto es una dolencia creciente que refleja la evolución de los problemas de salud en la era digital, y su impacto en la calidad de vida y el bienestar musculoesquelético de millones de personas es significativo. La clave para abordar esta afección radica en la educación, la ergonomía digital y la integración de estrategias preventivas basadas en la evidencia científica.


