Pilates para el dolor lumbar: lo que dice la ciencia sobre sus beneficios reales

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Hernán Perera Pérez. Director de Clínica Peragú de Fisioterapia. Las Rozas. Madrid

El dolor lumbar, también conocido como lumbalgia, es uno de los motivos de consulta médica más frecuentes en todo el mundo. Se estima que hasta el 80 % de las personas lo experimentará en algún momento de su vida. Aunque en muchos casos no tiene una causa específica, sus efectos pueden ser incapacitantes, afectando la movilidad, el sueño y la calidad de vida. En la búsqueda de tratamientos eficaces, el método Pilates ha ganado terreno como una opción prometedora. Pero, ¿realmente funciona? ¿Qué dice la ciencia al respecto?

¿Qué es el método Pilates?

Pilates es un sistema de ejercicios creado por Joseph Pilates en el siglo XX, enfocado en fortalecer el cuerpo desde el “centro” o core, mejorar la postura, la respiración y la conciencia corporal. Aunque en sus inicios fue popular entre bailarines y atletas, hoy en día es ampliamente utilizado en entornos de fisioterapia y rehabilitación, especialmente en personas con dolor lumbar crónico.

Evidencia científica sobre el Pilates y el dolor lumbar

En los últimos años, varios estudios científicos han analizado su eficacia, y los resultados son bastante alentadores. Según revisiones sistemáticas y metaanálisis —que son estudios que agrupan y analizan datos de múltiples investigaciones—, el Pilates puede ser más eficaz que no hacer ejercicio o que otros tipos de tratamiento pasivo, como el reposo o los analgésicos, cuando se trata de aliviar el dolor lumbar.

Uno de los puntos fuertes del Pilates es que no solo busca fortalecer los músculos, sino mejorar el control del movimiento y la estabilidad de la columna. Los ejercicios se centran en músculos profundos del abdomen y la espalda, como el transverso abdominal y los multífidos, cuya activación es clave para una columna vertebral estable. Cuando estos músculos no funcionan bien, se incrementa el riesgo de sufrir dolor lumbar. Pilates ayuda a “reeducar” estos músculos y mejorar su coordinación, lo que se traduce en menos dolor y mayor capacidad para realizar actividades cotidianas.

Un estudio publicado en Clinical Rehabilitation en 2020 encontró que los pacientes con dolor lumbar crónico que siguieron un programa de Pilates durante ocho semanas tuvieron una mayor reducción del dolor y una mejora en su función física en comparación con aquellos que realizaron ejercicios tradicionales. Otros trabajos similares coinciden en que al menos 6 semanas de práctica, con dos o tres sesiones por semana, son necesarias para notar mejoras significativas.

Además de sus beneficios físicos, el Pilates puede tener un efecto positivo en el bienestar emocional. Muchas personas con dolor crónico desarrollan miedo al movimiento (llamado kinesiofobia) o ansiedad relacionada con su salud. El enfoque consciente y controlado del Pilates puede ayudar a reducir estos miedos, al enseñar a moverse de forma segura y eficaz.

Otros aspectos a tener en cuenta

Sin embargo, no todo es blanco o negro. Los estudios también señalan que la efectividad del Pilates depende de varios factores: la calidad del programa, la experiencia del instructor, la regularidad de la práctica y la adecuación a cada persona. No todos los casos de lumbalgia son iguales, y por eso es fundamental que cualquier programa de ejercicio esté supervisado por profesionales de la salud o del movimiento capacitados.

En resumen, el Pilates es una opción segura y respaldada por la ciencia para el tratamiento del dolor lumbar, especialmente en casos crónicos y no específicos. No es una solución milagrosa, pero sí una herramienta valiosa dentro de un enfoque integral que incluya actividad física, educación sobre el dolor y, si es necesario, otras terapias complementarias. Para quienes buscan una forma activa, suave y efectiva de mejorar su espalda, el Pilates puede ser un gran aliado.

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